ANALISIS ESCRITURAL DEL CAPITULO 11 DE 1RA DE CORINTIOS
Autor: Pastor Jaime Meléndez
Al pasar del tiempo he podido ver y escuchar las diversas discusiones, contiendas e injusticias, que se suscitan entre algunos Hermanos en la Fe, que tratando de establecer DOCTRINAS ERRONEAS (tomando algunos texto sin su contexto u otro fundamento que apoye sus ideas y sin llegar a establecer dicha doctrina) no se dan cuenta que el enemigo de las almas les esta ganando la batalla.
Ciegos por su ignorancia y soberbia han dejado de cumplir con el mandato que nos dejó el Señor en Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Pierden un tiempo muy valioso mientras la humanidad se pierde delante de sus propios ojos. De igual manera, muchos PASTORES utilizando estas doctrinas como reglas o requisitos (dogmas) privan a los miembros de sus congregaciones de la participación en el culto de adoración a Dios, abusando de la autoridad que les fue dada de parte de Dios. Esto no quiere decir que estoy de acuerdo con el libertinaje desmedido que la gente desea vivir y que gran número de pastores negligentes han permitido en sus congregaciones de los cual darán cuentas al Dios del cielo (Hebreos 13:17).
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”
Estos Pastores pretendiendo tener a todos contentos, y para que no mengue la membresía de sus congregaciones, permiten todo; llaman a lo bueno malo y a lo malo bueno y esto no agrada a Dios.
El capitulo 11 de 1ra de Corintios establece simple y llanamente por medio del Apóstol Pablo el orden Divino de mayordomía familiar que fue dado al hombre desde la creación, y que se ha olvidado en estos días. Por ello hay muchos hogares destruidos.
Corintios 11: 1-3
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué. Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.”
En el verso 1, el Apóstol nos exhorta tanto a los hermanos de Corinto como a nosotros a que adoptemos o imitemos de él una buena conducta digna del evangelio de Jesucristo, que a su vez él también imitó de Cristo, pues esto agrada a Dios. En el verso 2, el Apóstol expresa su admiración y a su vez elogia a los hermanos de la iglesia de Corinto a retener la fe y doctrina o enseñanzas impartidas por Pablo, pues los hermanos eran obedientes en gran manera, cualidad que escasea hoy día en medio del pueblo de Dios. Bueno como en todas las congregaciones se encuentran un sinnúmero de situaciones de orden y la iglesia de Corinto no era la excepción. En el verso 3, aquí se trata de una situación de carácter familiar, pues Pablo les hace un recordatorio del orden de mayordomía establecido por Dios desde la creación. Al parecer la iglesia de Corinto ignoraba estas cosas o las habían echado al olvido. Aquí se establece el rol que tiene que asumir cada individuo en medio de un hogar que profesa la fe de Jesucristo, pues Dios repudia toda desobediencia a lo establecido en su palabra. Por causa de la negligencia de mucho hombres y mujeres que no asumen la posición que les corresponde y se despojan de sus responsabilidades, el enemigo esta destruyendo muchos hogares.
Corintios 11: 4-5
“Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; Porque lo mismo es que si se hubiese rapado.”
En los versos 4 y 5 se declaran las consecuencias de no mantener el rol que les corresponde a cada hombre y a cada mujer que profesan servir a Dios. Conforme a la cultura judía, toda mujer casada como parte de su vestimenta tiene que llevar sobre su cabeza (no sobre su rostro) un velo como señal ante la sociedad de que esta casada, así como hoy en día hacemos uso del aro de matrimonio. La palabra afrenta es sinónimo de ofensa, o sea el hombre que no mantiene su posición de mayordomo y no cumple con sus responsabilidades como jefe de familia, no solamente como proveedor sino como esposo, padre, amigo y sacerdote del hogar, ofende a Jesucristo y a su ves desagrada a Dios, y no es digno de orar o hacer uso del don de profecía. Así que de igual manera la mujer casada que se presentaba ante la sociedad sin el velo sobre su cabeza ofende a su marido y a su vez desagrada a Dios y no es digna de orar o hacer uso del don de profecía (esto se aplica solo a la cultura judía) se dice que a la mujer que no se cubría se le tomaba por ramera y se cortaba el cabello o se le rapaba la cabeza como castigo, lo cual era vergonzoso en entre los judíos. Por el contrario en otras culturas como la griega, la mujer que se cubría la cabeza y el rostro era la ramera. (Véase Génesis 38; 14,15). En la oración final de este verso 5 se usa el término rapado por que era considerada ante la sociedad judía de igual manera que la ramera, a la mujer casada que no hacia uso del velo.
Corintios 11: 6
“Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.”
En el verso 6 nos señala aquella mujer que se revela y rehúsa a cumplir con su posición y deberes de esposa y se despoja de su velo. Ella declara a la sociedad que siendo casada es libre. Esa conducta es reprobada entre los judíos y se castiga cortándole el cabello o rapándola, algo que es vergonzoso en esta cultura (ambas cosas se practica hoy día en los conventos católicos, donde a las monjas se les corta el cabello y se les obliga a llevar un velo). En otras palabras si le es motivo de vergüenza a la mujer someterla a tal burla, que se cubra es decir que se someta a su marido y cumpla con sus deberes.
Corintios 11: 7
“Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.”
En el verso 7; Aquí el varón no le es permitido tomar el lugar de la mujer, Dios le otorgo una posición alta como cabeza, jefe de familia: mayordomo y administrador del hogar. En la cultura judía tanto el hombre como la mujer tienen sus deberes, tenemos un claro ejemplo es el que Jesús le dice a sus discípulos cuando ellos le preguntan que donde pasarían la pascua. Jesús le dice que desciendan a la ciudad y cuando vieran a un hombre con un cántaro sobre su cabeza que le siguieran y donde este entrara, allí pasarían la pascua. Esto es obvio Jesús les da esta señal, porque llevar el cántaro era una de las tareas de la mujer (Lucas; 22:10). El varón que mantiene el lugar que Dios le ha dado es gloria de Dios, de igual manera la mujer se somete a su marido y le respeta es gloria del varón. (Proverbios 31; 11-31; 28)
Corintios 11: 8-9
“Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.”
En los versos 8 y 9; aquí vemos como Dios creo en primer lugar al hombre, pero pasado el tiempo Dios vio que no era bueno para el hombre estar solo y le izó ayuda idónea, ósea el complemento del hombre, por eso la mujer procede de la cosilla del varón y por causa del varón para que no estuviese solo.
Corintios 11: 8-9
“Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.”
En el verso; 10 Una mujer casada debe tener señal de autoridad sobre su cabeza muchos creen que esta señal es literal como se menciona el uso de un velo o tener el cabello largo, pero Pablo dice que una mujer sumisa, respetuosa a su marido, que no toma dediciones sin antes contar con la opinión de su esposo buena madre y esposa, ya tiene tal señal de autoridad. Sabemos bien que, Eva tomo una decisión sin el consentimiento de Adán, lo cual se convierte en desobediencia. Entiendo que luzbel ya caído y convertido en diablo, siendo un ser espíritu necesito de un cuerpo, fuera animal o humano para lograr sus maléficos planes de hacer caer al hombre, entro en la serpiente.
Todo espíritu necesita un cuerpo para manifestarse, esto mismo paso cuando los demonios que estaban en el gadareno cuyo propósito era matarle, fueron expulsados pero antes de salir del aquel hombre, pidieron a Jesús les permitiera entrar a un ato de cerdos y allí se manifestaron matando los cerdos. Cuando Satanás logra engañar a Eva, aparentemente no sucede nada pero si ocurrió algo, Satanás salio de la serpiente y entro en Eva y estando allí utiliza a Eva para engañar a Adán, allí cuando Adán comió de aquel fruto, entonces se rompe la comunión del hombre con Dios, en aquel mismo instante Satanás sale de la mujer y entra en el hombre y ocupa el trono de Dios en el corazón del hombre.
Para que los Ángeles caídos no se aprovechen de una mujer casada así como la serpiente lo hizo con Eva, debe ser una mujer virtuosa para que no le de ocasión al enemigo de las almas, de hacerla caer sino que venza al diablo con la OBEDIENCIA A LA PALABRA DE DIOS, esto sujetándose a su marido. (Colosenses 3; 18)
Corintios 11: 11-12
“Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.”
En los versos; 11, 12 Es necesario que comprendamos con claridad que cuando Dios dijo; no es bueno para el hombre estar solo y decidió hacerle ayuda idónea, marco las vidas tanto del hombre como de la mujer, con dependencia y de una grande necesidad el uno del otro, de tal modo que dijo que se unirían y serian una sola carne y no solo dependen el uno del otro sino que ambos dependen de Dios. Quiero que entiendan que el enemigo de las almas sabe mejor que usted y que yo estas cosas que se empeña en poner división entre el hombre y la mujer y a su vez separa a ambos de su relación con Dios. Pues si hay separación entre la pareja la ORACION de ambos tiene tropiezo, la palabra señala que se separe la pareja solo para ocuparse sosegadamente de la oración, pero que para que no sean tentado se vuelvan a unir, pues la palabra dice ni deis lugar al diablo.
Corintios 11: 13
“Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?”
En el verso; 13 El Apóstol les da a la iglesia de corinto la oportunidad de juzgar, partiendo del punto de vista culturar y de las consecuencias que acarrea una mujer al despojarse del velo y usar el privilegio de orar en publico, sabemos que juzgar partiendo de esa premisa, obviamente la respuesta a la pregunta del Apóstol, Será “no le es propio” de otro punto de vista ,una mujer puede llevar un velo sobre su cabeza ,pero si no da testimonio a su marido de ser una mujer que profesa piedad siendo respetuosa y sumisa, esto solo lo saben Dios y su marido, “no le es propio” ni orar en publico y menos profetizar pues Dios no lo aprueba y menos su marido. Muchas mujeres darán cuentas a Dios por participar en el culto de adoración, sin derecho haciendo que otros tropiecen en el camino. “Dios tenga misericordia.”
Corintios 11: 14-15
“La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.”
En los versos; 14,15 El apóstol nos deja claro que es deshonroso al varón adquirir apariencia de mujer o abandonar el lugar que Dios le ha dado. Por otro lado a la mujer el es honroso pues mantiene su lugar y uno de los atractivos de la mujer es cabello, también el Apóstol dice que siempre y cuando la mujer conserve el rol de ayuda idónea, no es necesario un velo si se le ha dado por velo el cabello. No debe ser tema de contienda en ninguna congregación ni causa para marginar a ninguna mujer si usa o no el velo, pues hay almas que salvar.
Corintios 11: 16
“Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.”
En el verso; 16 Pablo declara que después de esta aclaración, si los creyentes quiere perder el tiempo valioso de buscar almas para el Reino de los Cielos, en discusiones que conducen más y más a la impiedad ponen en riesgo la salvación de sus almas pues por la Palabra cada cual debe saber el lugar que le corresponde. Además la palabra nos enseña en 2da de Corintios 3; 12-18 de la siguiente maneras;
“12Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
AMEN
Nota; Es evidente que el pueblo de Dios se envuelve en debates los cuales resultan en contiendas y enemistad que conducen más y mas a la impiedad, y como resultado no hacemos lo que Dios nos envió a hacer, de esta manera ponemos en riesgo la salvación de muchos y la nuestra. Recapacitemos y no perdamos mas el tiempo.
Dios no hace acepción de personas, porque las hacemos nosotros.
domingo, 20 de julio de 2008
sábado, 12 de julio de 2008
Dones y poder del Espíritu Santo
Parte 1
El avivamiento Pentecostés de principios del siglo veinte y la renovación carismática que comenzó a fines de los años cincuenta, sin duda constituyen una de las más innovadoras e impactantes transformaciones espirituales en la historia. Pero cuando investigamos estos fenómenos debemos preguntar: 1) ¿Por qué ha ocurrido esto? 2) ¿Qué impacto ha tenido? y 3) ¿Cómo puede mantenerse la integridad espiritual?
¿Por qué ha ocurrido esto?
En primer lugar, porque era evidente la necesidad de renovación de la misión y el propósito cristianos en la iglesia y entre sus miembros.
Segundo, en vista de esta necesidad de renovación, ha habido un decisivo movimiento de parte de creyentes sinceros deseosos de recobrar el poder del Espíritu Santo que transformó y dinamizó la vida de los primeros cristianos. De este movimiento ha emergido una manifestación del Espíritu Santo, acompañada del hablar en lenguas, entre los creyentes de todas las grandes denominaciones, lo cual demuestra que la llenura del Espíritu Santo no es una denominación o un movimiento, sino una experiencia que trae consigo la plenitud del poder espiritual para un servicio más eficaz.
En tercer lugar, esta manifestación del Espíritu Santo ha vinculado las corrientes principales del protestantismo y el movimiento del Pentecostés tradicional a las formas de culto del primer siglo de la Iglesia, por medio de lo que se ha llamado acertadamente el movimiento carismático (derivado del griego charismata, término utilizado, por ejemplo, en 1 Co 12.4, 30 para referirse a los dones del Espíritu Santo).
¿Qué impacto ha tenido?
De esta renovación surge la pregunta: ¿Qué sucede realmente cuando la Iglesia recibe estos dones? Al intentar una respuesta, se deben tener en cuenta los fundamentos bíblicos, el contexto tradicional y los testigos contemporáneos.
Se cumplen las Escrituras
En primer lugar, la Biblia declara de forma inequívoca: «Sed llenos del Espíritu» (Ef 5.18). Un análisis del verbo griego traducido «sed llenos» nos revela que está en tiempo presente, lo cual indica que esta es una bendición que debemos experimentar y gozar ahora. El hecho de que el verbo sea un imperativo (un mandato) no deja opciones al discípulo sensible. Sin embargo, como el verbo está en voz pasiva, no hay dudas de que ser llenos del Espíritu no es cosa que el cristiano obtiene por su propio esfuerzo, sino algo que se hace a su favor y a lo cual debe someterse. Por ello la Escritura ofrece una visión teocéntrica del ser llenos del Espíritu, experiencia en la que lo Alto alcanza a lo bajo y se une con Él en íntima comunión. Esclarecer este punto sirve para contrarrestar la crítica o la incomprensión de algunos que ven en la experiencia de Pentecostés algo suscitado por sugestión, determinación o emoción humanas.
La Persona del Espíritu Santo obra
En segundo lugar, la Biblia revela que la Persona del Espíritu Santo ha sido el agente primario en lo referente al ministerio de la Palabra a través de los siglos. La Escritura declara claramente que la Deidad obra en coigualdad, coeternidad y coexistencia, como una unidad. Pero también ha sido sugerido, acertadamente, que debemos contemplar esta unidad con la vista puesta en la función especial de cada una de las personas de la Trinidad: El Padre es el ejecutivo, el Hijo es el arquitecto y el Espíritu Santo es el contratista.
Así que, las Escrituras nos muestran al Espíritu Santo asumiendo de forma única los siguientes papeles: 1) Como autor del Antiguo Testamento (2 S 23.2; Is 59.21; Jer 1.9; 2 Ti 3.15–17; 2 P 1.21) y el Nuevo Testamento (Jn 14.25, 26; 1 Co 2.13; 1 Ts 4.15; Ap 1.10, 11; 2.7). 2) Como el que unge a los personajes del Antiguo Testamento.
Las Escrituras mencionan no menos de dieciséis líderes de Israel que fueron ungidos por el Espíritu: José (Gn 41.38); Moisés (Nm 11.17); Josué (Nm 27.18); Otoniel (Jue 3.10); Gedeón (Jue 6.34); Jefté (Jue 11.29); Sansón (Jue 14.6, 19; 15.14, 15); Saúl (1 S 10.10; 11.6); David (1 S 16.13); Elías (1 R 8.12, 2 R 2.16); Eliseo (2 R 2.15); Azarías (2 Cr 15.1); Zacarías (2 Cr 2.20); Ezequiel (Ez 2.2); Daniel (Dn 4.9; 5.11; 6.3); Miqueas (Mi 3.8).
De manera que el Espíritu Santo, como contratista, ungió a profetas del Antiguo Testamento, como Isaías y Joel, para que escribiesen sus profecías sobre el día cuando el Espíritu sería derramado, y sus dones esparcidos a lo largo de toda la era de la Iglesia (Jl 2.28–32; Hch 2.17–21). En Isaías 28.11, 12, Dios usó a Isaías para decirle a Judá que le daría una lección en una forma que no sería de su agrado, y que le daría conocimientos a través de idiomas extranjeros en vista de su incredulidad. Siglos más tarde, el apóstol Pablo hizo extensivo el sentido de este pasaje al don de hablar en lenguas dentro de la iglesia como manifestación o señal a los que no eran creyentes (1 Co 14.21, 22). Esta señal podía manifestarse en lenguas conocidas o no por los seres humanos (compárese 1 Co 14 con Hch 2.1–11; 10.45, 46).
En todos estos aspectos, vemos al Espíritu Santo como alguien que obra en la Iglesia con una personalidad definida, como una Persona dada a la Iglesia para garantizar que el ministerio del Cristo crucificado sea continuamente proclamado y verificado. El Espíritu Santo, pues, tiene todas las características de una persona:
1. Tiene conocimiento (Ro 8.27), voluntad (1 Co 12.11) y sentimientos (Ef 4.30).
2. Participa en la revelación (2 P 1.21), la enseñanza (Jn 14.26), el testimonio (Heb 10.15), la intercesión (Ro 8.26), la exhortación (Ap 2.7), la comisión (Hch 16.6, 7) y la afirmación (Jn 15.26).
3. Se relaciona con seres humanos. Lo pueden entristecer (Ef 4.30), se le puede mentir (Hch 5.3) y blasfemar (Mt 12.31, 32).
4. El Espíritu Santo posee los atributos de la divinidad: Es eterno (Heb 9.14), omnipresente (Sal 139.7–10), omnipotente (Lc 1.35) y omnisciente (1 Co 2.10, 11).
5. Se habla de Él como Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo, Consolador, Espíritu Santo, Espíritu Santo de la promesa, Espíritu de verdad, Espíritu de gracia, Espíritu de vida, Espíritu de adopción, Espíritu de santidad.
6. Se le simboliza con el fuego (Hch 2.1, 2), el viento (Hch 2.1, 2), el agua (Jn 7.37–39), un sello (Ef 1.13), el aceite (Hch 10.38) y una paloma (Jn 1.32). Todo esto revela una parte del vasto ámbito o esfera de acción del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento y la iglesia contemporánea.
Por Paul Walker
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